A diferencia de los inductores del sueño tradicionales, que actúan sobre la totalidad del cerebro y pueden tener importantes efectos secundarios, este fármaco bloquea la activación de los receptores de la orexina, una hormona que mantiene la vigilia, y permite así que llegue el sueño.
De todos modos, pese a la efectividad del fármaco y la ausencia de efectos nocivos durante los ensayos, los especialistas advierten que esta droga no es una solución definitiva. Al contrario, insisten con trabajar sobre los problemas que hay detrás de la falta de sueño que afecta a uno de cada diez ciudadanos.
Sueño y mal descanso: los problemas más habituales
Señalar los motivos es apuntar al tipo de vida que se tiene. Y al enorme estrés con el que la mayoría de las personas cargan día a día. Por eso, en una mirada más integral se sugiere tratar el insomnio como un problema de salud pública.
De este modo, se podrá reflexionar sobre los motivos del estrés. Sobre la carrera eterna por la productividad y el crecimiento, los horarios de trabajo o el uso de la luz eléctrica.
El insomnio afecta con mayor frecuencia a mujeres que a hombres, y si bien puede aparecer a cualquier edad, lo más común es que ocurra entre adultos mayores.
El estrés, la depresión y otros problemas emocionales son clave. Pero además, puede aparecer en personas que tienen horarios de trabajo nocturnos o por cuyo trabajo deba viajar distancias largas y afronte cambios de huso horario. Llevar un estilo de vida sedentaria también puede influir.
Los síntomas del insomnio
Los síntomas asociados al insomnio son fáciles de identificar y pueden ser un llamado de atención para recurrir al médico. Se destacan los problemas para dormirse al acostarse; dormir sólo por períodos cortos, permanecer despierto gran parte de la noche, sentirse como si no hubiera descansado y despertarse mucho más temprano de lo que debería.